Bruxismo Infantil: ¿Porqué aprietan los dientes?

¿Te has despertado alguna noche con el ruido que hace tu hij@ apretando los dientes? ¿Sabes por qué se produce? ¿Te gustaría saber cómo prevenirlo? Te contamos lo que es el bruxismo y cómo afecta a los peques de la casa.

Es un hábito que consiste en apretar los dientes generando tensión mientras duermes produciendo que se desgasten. Se realiza de forma involuntaria, pues suele ocurrir durante la primera fase del sueño y disminuye cuando el sueño se hace profundo. La frecuencia aumenta cada vez más, siendo más común en los niños de seis a diez años.

Algunos padres se quejan del ruido, pero la mayoría de veces se detecta en una revisión rutinaria en la cual el dentista observa que los dientes están más desgastados.

Este hábito va muy ligado al estrés. Suele ser la causa principal. Los niños pueden estar viviendo situaciones en las que se ven más desbordados como el nacimiento de un hermano y sus respectivos celos, alguna mudanza, situaciones familiares poco favorables, incluso el mismo estrés que pueden sentir en el colegio con una carga excesiva o por el bullyng.

Para evitar esto, debemos intentar que realicen actividades que les permitan relajarse antes de dormir, como por ejemplo la lectura, escuchar música, masajes con caricias o haber hecho deporte les ayudará a tener menor contractura muscular y obtener la relajación que de manera inconsciente no pueden conseguir.

Otra causa del apretamiento es una incorrecta posición de los dientes. Si no hay una buena relación entre los dientes superiores e inferiores cuando el niño se haga adulto va a tener más probabilidades de seguir siendo bruxista, con lo que seria conveniente realizar un estudio de boca y colocar ortodoncia u ortopedia para mejorar la mordida.

Este tipo de problemas se observan más a menudo en niños portadores de chupetes durante más de los dos primeros años recomendados o niños que se chupan el dedo.

También es frecuente ver respiradores orales que no cierran bien los labios y tienen mucha baba deformándose el paladar por esta patológica respiración, y por tanto, también la mordida. En este caso con la ayuda de un otorrino que descarte la presencia de vegetaciones y con la reeducación muscular con ejercicios para conseguir un buen sellado labial se conseguirá devolver el equilibrio. Cualquier hábito debe ser corregido para que no hayan problemas futuros, recurriendo a la colocación de aparatos para ayudar a que los dientes estén en una correcta posición, mediante brackets o aparatos de quitar y poner según el grado de la patología.

Este proceso de rechinar los dientes suele coincidir con el recambio de dientes, por lo que suele ser pasajero. Desaparecen cuando se superan las situaciones de estrés o las causas físicas que lo motivan sin dejar ninguna repercusión muscular ni dental. Esto suele ocurrir cuando salen todos los dientes definitivos alrededor de los doce años. Por lo que el bruxismo infantil no se considera una patología sino algo más bien fisiológico dado que es un proceso que todo niño debe pasar.

Existen otros casos más graves en lo que el odontopediatra debe evaluar si el desgaste de la superficie de los dientes es muy grande. Es estas situaciones los niños pueden sentir sensibilidad y, aunque es poco frecuente, puede verse afectado el nervio pasando a la capa más profunda del diente.

Mientras el niño no tenga sintomatología como dolores de cabeza, fatiga muscular o dolores del oído no se debe realizar ningún tratamiento.

En este tipo de casos que sí necesitamos proteger los dientes y conseguir una relajación el tratamiento más eficaz es la colocación de una férula. Es un protector de resina que se coloca en los dientes superiores para evitar un mayor desgaste de las piezas dentarias y ayudar a descontracturar los músculos. Se suele tardar unos dos días en acostumbrar a llevarla dado que al ser semirrígida se puede sentir presión. Es aconsejable que se retoque las veces necesarias hasta que el niño la lleve cómoda y no note ninguna molestia al colocarla ni al despertarse por la mañana. La limpieza es muy sencilla pues sólo se realiza con agua tibia y jabón, y se debe guardar en una caja para evitar su pérdida.

En los niños, como están en continuo cambio, si se opta por colocarla se debe ir cambiando a medida que vaya creciendo para que no interfiera en su desarrollo. En este sentido son muy importantes las revisiones y las adaptaciones de la férula regularmente, sobre todo en los primeros años, mientras exista una dentición mixta y hasta que tenga todos los dientes definitivos.

Por tanto en la gran mayoría de casos que los padres acuden preocupados a la consulta por el ruido tan intenso de sus hijos al apretar los dientes por la noche no hay que realizar ningún tratamiento, sólo fijarnos si se produce de manera puntual o si es continuo es aconsejable visitar al odontopediatra para que valore el desgaste.

Al coincidir con la salida de los dientes es una manera fisiológica de aliviar las molestias, por lo tanto suele remitir con el tiempo.

Mi consejo profesional es no sobrecargar en la medida de lo posible a los niños con muchas actividades tras el colegio para que puedan descansar y no irse a la cama con toda la tensión generada durante el día.

  • ¿ CÓMO PREVENIR EL BRUXISMO ?
  • No realizar actividades físicas intensas cara a la noche, evitar en lo posible la televisión o las videoconsolas.
  • Realizar ejercicio con frecuencia semanal para relajar la musculatura.
  • Enseñar técnicas de respiración a partir de los cinco años para ayudar a tener momentos de relajación.
  • Evitar los chicles y las bebidas azucaradas o energéticas.
  • FÉRULA DE RELAJACIÓN
  • Sólo se coloca en casos donde la afectación es grave.
  • Es un protector que se coloca sólo en los dientes superiores.
  • Necesita revisiones regulares porque están en continuo crecimiento.

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